En una orilla del camino bifurcado, en la ruta de Alhambra, un hombre viejo espera desde hace veinte años un encuentro. En sueños apareció frente a él un hombre de barba gris, con ojos negros y brillantes como de un gorrión, el hombre prometió decirle el secreto de la vida humana, su propósito y finalidad. El hombre viejo nunca se conformó a ser un hijo de la muerte, aun cuando parecía que su encuentro maternal pronto sucedería.
Una tarde con ráfagas alegres de viento endulzado por los árboles florecidos, entre rayos luminosos, lluvia de pétalos y hojas amarillas apareció el hombre de la barba gris con sus ojos negros brillantes de gorrión, se miraron se hicieron una mutua reverencia y al acercarse lentamente el anciano recibió un secreto en sus oídos, después de una sonrisa cómplice, ambos siguieron su camino en la bifurcación de la ruta de Alhambra.
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